El Principio de Premack y su uso Positivo
- Jorge Briseño
- 14 jul 2016
- 2 Min. de lectura

No, no estamos hablando de una nueva marca de computadoras, sino de una técnica para reforzar nuestros logros en lugar de castigarnos por nuestros errores y fallas. Te invitamos a conocer más del tema en este artículo.
David Premack fue un profesor de psicología en la Universidad de Pennsylvania , EE.UU, por allá de los años 50´s, el cual realizó algunas investigaciones con chimpancés, para poder entender un poco más de la conducta. Su primera publicación fue en 1959, donde hablaba de una nueva teoría para reforzar, la cual, fue haciéndose más popular al paso de los años, por lo que se le fue conociendo como Principio de Premack.
Todos hemos visto o incluso usado este principio, el cual resulta muy sencillo. Al tener dos conductas, una que puede resultar más frecuente –o incluso satisfactoria- con otra que no realicemos tanto -llegando hasta a ser desagradable- reforzaremos la menos frecuente con aquella que preferimos. Si a mí me gusta mucho jugar voleibol pero no me gusta tanto leer, entonces tendré que reforzar mis hábitos de lectura, por lo que cada que quiera salir a jugar voleibol, tendré que por lo menos, leer un capítulo del libro que esté leyendo.
Esta técnica se usa frecuentemente con los niños, cuando no quieren ayudar con las labores de la casa o no quieren hacer su tarea, poniendo esas actividades como requisitos para realizar otras, ya sea jugar videojuegos o salir a jugar con sus amigos.
Pero ¿Cómo es posible usar este principio para fomentar nuestros logros?... es muy sencillo, haremos una lista de frases positivas de nosotros mismos, soy muy bueno para realizar x trabajo; siempre llego puntual a mis compromisos; soy el que más alto salta en el equipo de voleibol; soy servicial con todos mis amigos, y nos las diremos a nosotros mismos, antes, durante o después de que estemos haciendo algo que nos agrade o nos haga sentir bien, en el partido cuando logro saltar y hacer ese gran bloqueo, cuando estoy trabajando y por fin saco ese centenar de pendientes que tengo o estar en una reunión con los amigos preparando la mesa para que todos puedan sentarse a comer.
El objetivo de hacer esto es fomentar –o mejor dicho, reforzar- el autorreconocimiento, que a la larga logrará hacernos mejorar en nuestras actividades, ya que si me estoy repitiendo día con día lo bueno que soy, querré darme la razón y haré más, buscando que todas esas frases sean más que ciertas.
Frecuentemente cuando fallamos en algo, nos recriminamos el error, soy un inútil, solamente me pidieron que organizara el trabajo y no lo hice bien; si me hubiera lanzado antes habría recuperado ese balón; cada que intento subir termino cayendo…
…pero ¿Cada cuánto nos reconocemos los logros, lo que realmente es excepcional en nosotros mismos? Regularmente los triunfos pasan desapercibidos y los errores enfatizados. Hagamos un pequeño cambio y reforcemos las palabras de aliento y bajemos el volumen de las autocríticas.
Si bien, el éxito comienza al pensarlo, inicia en nuestra mente, repitamos estas palabras frecuentemente para que no las olvidemos y así logremos llegar al objetivo… Plenitud
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