La Procrastinación
- Daniel Higareda
- 18 ago 2016
- 2 Min. de lectura

Dejar de lado actividades que no nos son gratas a realizar es algo común hoy en día, aplazar deberes, ignorarlos o decir “aún queda tiempo” es una forma de evitar afrontar aquella tarea o labor que no se desea realizar.
El concepto de aplazar responsabilidades conocido modernamente como procrastinación, es una actividad que nos lleva irónicamente a evitar realizar actividades esenciales que simplemente generan un estrés intenso al tener que concretado de manera presurosa a últimos momentos de que esta tiene que ser presentada, entregada o finalizada.
Algunos consejos para combatir la procrastinación son:
Repartir la tarea en pequeños pasos, de esta forma será más fácil avanzarle a lo largo del plazo que se tiene para terminarla sin que luzca una sola gran actividad a realizar.
Premios por avanzar, un pequeño dulce, apreciar los avances hechos u otra recompensa por avances concretos es una forma de motivar a continuar con la tarea poco grata.
Enfrentar el estrés, en ocasiones la procrastinación es reflejo de un estrés mal manejado respecto a las sensaciones emocionales que genera dicha tarea, trabajar en medidas para combatir el estrés (organizar horarios, pedir una asesoría, conseguir material que facilite la tarea) son formas de controlar el estrés, recordemos que un poco de estrés es normal y positivo para mantenernos centrados en que hay responsabilidades que cumplir.
Cubrir lo importante y después los detalles, preocuparse por detalles cuando no se ha avanzado la labor principal genera estrés y conlleva a la procrastinación ya que se puede buscar soluciones a detalles y problemas que aún no existen.
Valorar por qué se procrastina, ¿Es la actividad realmente tediosa?, Si es algo que nos gusta realmente ¿Por qué lo evadimos?, ¿Estamos en algo que no queremos porque no supimos decir que no? Preguntarnos sobre lo que nos lleva a procrastinar nos ayudará a entender si algunas actividades tienen un contraste emocional negativo en nosotros.
Entender que no todo se puede dejar de lado, grandes proyectos, sueños, aspiraciones o responsabilidades diarias requieren de una parte que no es agradable pero es esencial para que sigan una marcha fructífera, entender esto ayuda a que la tarea se procrastine menos ya que apreciamos el resultado y beneficio a larga escala que otorga.
Procrastinar sucede con el día a día, con un poco de dedicación e introspección sobre nuestras acciones por evitar una actividad o lo que nos motiva a terminarla se puede evitar llegar a perder valioso tiempo y a ser más productivo dentro de nuestro día a día.
Comments