Cuando tenemos que dar una mala noticia.
- Daniel Higareda
- 23 may 2016
- 3 Min. de lectura

Las cosas no siempre marchan tan bien como esperamos. Desde la escuela, el trabajo o nuestra vida personal, nos topamos con situaciones fuera de nuestro control que llevan detrás de sí noticias que nos son poco gratas.
¿Cuántas veces no se nos ha comunicado una noticia que da un vuelco completo a nuestro mundo? Ahora hay que preguntarnos ¿Cuándo nos han dado una mala noticia en la mejor forma posible? Si nos ponemos a pensar, es rara la ocasión en que se nos da una noticia con el tacto y la paciencia que esperaríamos (O requeriríamos) en ese momento, lo que nos lleva a pensar en que quizá nosotros mismos no tengamos los recursos necesarios para dar una noticia de esta magnitud.
Despedir a un empleado, notificar de una enfermedad, hablar sobre la defunción de un ser querido, son sólo algunos de los ejemplos cuando se trata de dar malas noticias. ¿Qué es lo más importante que debemos tomar en cuenta? He aquí unos puntos básicos:
Primero, recordemos que a quién le daremos una noticia desafortunada sufrirá un impacto emocional tremendo, por lo tanto no hay que perder de vista que una forma inadecuada de dar la noticia provocaría un impacto emocional mucho mayor. Tratemos de ponernos en los zapatos de la otra persona preguntándonos “¿Si a mí me dieran esta noticia cómo me sentiría?”.
Segundo, contemplar nuestra propia responsabilidad, no podemos evitar que la persona sufra tras la noticia por lo tanto no debemos sentirnos responsables de “solucionar” las emociones que está sintiendo una persona al recibir una mala noticia. Recordemos que las reacciones de una persona pueden variar, desde llorar, enojarse o culpabilizar y estas emociones son válidas al momento de una primera reacción. En caso de que nos culpe a nosotros hay que mantener la calma, no olvidemos que la persona se siente atónita y puede no tener los recursos para afrontarlo; no hay que dejar de lado que si no nos sentimos capacitados para dar una mala noticia a un ser querido nuestra responsabilidad se remite a buscar quién nos pueda ayudar a darla adecuadamente.
Tercero, un lugar adecuado, procuremos que el lugar donde daremos la noticia sea un lugar tranquilo en el cual las personas puedan expresar libremente sus emociones, sus dudas y todo aquello que necesiten expresar antes y después de recibir la noticia, se recomienda que sea una conversación uno a uno o con pocas personas para no perder la atención debida a cada uno de ellos.
Por último, el manejo de la noticia, evitemos los rodeos pero tampoco seamos tajantes al momento de dar la noticias, es importante encontrar las palabras adecuadas y el discurso congruente a la situación, aclaremos todas las dudas de la persona sin entrar en detalles que puedan perjudicar más su estado emocional, hablemos con la verdad y mostremos empatía. No hay que censurar a la persona, permitámosle expresarse, lo más importante es escuchar y mostrar empatía por la otra persona, si tenemos conocimiento adicionales que puedan ayudar a la persona (hacer un trámite correspondiente, resolver una problemática inmediata, etc…) podemos aportar la información necesaria sin saturar a la persona y de manera simple.
¿Cuáles son las palabras y el discurso adecuado? En primer lugar recordemos que aunque la persona pueda tener responsabilidad directa en lo ocurrido no tenemos que culpabilizarla, no es lo mismo un “por lo que hiciste X a ocurrido” a un "las consecuencias de ciertas situaciones ocurridas han llevado a X". Evitemos las palabras complejas, cuando tratamos noticias que tienen que ver con enfermedades o situaciones que llevan tecnicismos complejos procuremos recurrir a un lenguaje simple, donde cualquier persona pueda entendernos y pueda responder al discurso con sus propias dudas o aclaraciones. Nuestro tono de voz es muy importante, una forma de hablar calmada, con el respeto y seriedad que merece la situación transmite seguridad y confianza a la persona que recibirá la noticia limitará el máximo de impacto emocional que recibirá.
Consideremos que no todas las personas querrán ser abordadas en grupo o solitario, querrán no enterarse de todos los detalles o necesitaran espacio personal una vez que la noticia se ha dado. Es importante respetar la decisión de la persona respecto a qué tanta información desea recibir, mantengamos el respeto y la discreción, si presentimos que la persona está siendo afectada de manera intensa por la noticia o puede recurrir a ponerse en peligro tomemos la precaución de estarla vigilando y prepararse para llamar a los servicios de emergencia médicos o psicológicos en caso de ser necesarios.
A manera de conclusión, reconocer nuestra responsabilidad, mantener la calma, tener un espacio físico adecuado, seleccionar las palabras indicadas, responder dudas con las verdades pertinentes y sobre todo escuchar son las claves esenciales al momento de dar una mala noticia.
Bình luận